Baja actividad solar podría significar una pequeña edad de hielo

Investigadores que estudian los efectos del Sol en el clima terrestre se reunieron en un taller y analizaron la posibilidad de que el Sol esté en el umbral de un ciclo Mínimo de Maunder, un particular período de nuestra estrella que se vivió a finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII entre 1645 y 1715, que corresponde al período de la “pequeña Edad de Hielo”, informa la NASA el 8 de enero.

El taller de los efectos de variabilidad solar sobre el clima de la Tierra fue publicado en un libro por la National Academy of Sciences.

Durante este ciclo, el Sol pasó por un prolongado período de inactividad y se observaron muy pocas manchas solares. Europa y América del Norte vivieron inusuales inviernos extremadamente fríos y nevados.

Estas manchas solares, ya eran conocidas desde los primeros estudios de 1610 de Galileo Galilei y Thomas Harriot.

Las manchas solares son las zonas oscuras que se observan en el Sol, de las cuales surge más tarde una intensa actividad energética, informa la NASA.

El Observatorio de Zurich comenzó a registrarlas a diario desde 1849, para ampliar el estudio de los previos astrónomos.

Hasta la fecha se observa que la suma de manchas solares mensuales disminuyen aproximadamente cada 11 años, en el período que se llama comúnmente Mínimo solar, y por el contrario aumenta en el período de Máximo solar.

En la historia existe una clara documentación del período entre 1645 y 1715 con la falta de estas manchas, que se llamó “Mini-Maunder” y corresponde a una “pequeña Edad de Hielo” que sufrió nuestro planeta.

“El mecanismo para el enfriamiento regional podría haber sido una caída en la producción solar de rayos ultravioletas, lo que es, sin embargo, especulativo”, según los científicos presentes en el taller del Consejo Nacional de Investigación (NRC), informa la NASA.

Algunas pruebas discutidas en el taller indicarían que hay una tendencia de debilitamiento a largo plazo en la fuerza del campo magnético de las manchas solares, indica la NASA.

“El Sol podría estar en el umbral de un evento de mini-Maunder en estos momentos”, señala el informe. “El ciclo solar 24 (número actual estudiado) en curso, es el más débil en más de 50 años”, agrega.

De acuerdo a lo que informó la NASA en 2012, el Sol debería estar experimentando el máximo Solar en 2013, sin embargo diciembre y comienzos de enero se ha mantenido en relativa calma.

Según los científicos Matt Penn y William Livingston, del Observatorio Solar Nacional en el siguiente ciclo solar número 25, “los campos magnéticos en el Sol serán tan débiles que se formarán pocas o ninguna mancha solar”, informa la NASA.

Por su parte el investigador Peter Foukal de Heliophysics, resaltó que el Sol no es una bola de luminosidad uniforme. Está “salpicado por los núcleos oscuros de las manchas solares y salpicado de espuma brillante magnética conocida como fáculas”. Él propone estudiar mediante la radiometría este elemento solar que permanece visible durante los períodos en que no se ven las manchas.

Los asistentes destacaron la necesidad de poner los datos del clima de Sol en formatos estándar y hacerlos ampliamente disponibles para el estudio multidisciplinario, debido a que los mecanismos de la influencia del Sol sobre el clima son complicados. Las agencias NASA, NOAA y NFS están trabajando en esta área.

Pequeños cambios en el Sol afectan el clima

Entender la conexión entre el Sol y el clima requiere una amplia experiencia en campos como la física del plasma, la actividad solar, la química atmosférica y la dinámica de fluidos, la física de partículas energéticas y la historia de la Tierra.

Los científicos presentaron evidencias de por qué la mayor o menor emisión de rayos ultravioleta afecta al clima de la Tierra.

El investigador Greg Kopp del Laboratorio de Física Atmosférica y Espacial de la Universidad de Colorado cree que solo una décima del 1% de la producción total de Sol, afecta notablemente al clima terrestre.

“Variaciones a corto plazo del 0,1% en la radiación incidente supera a todas las otras fuentes de energía (como la radiactividad natural en el núcleo de la Tierra) combinadas», dice Kopp.

En este sentido, los rayos ultravioletas del Sol que llegan a sus niveles máximos en los períodos de máximo solar, cada 11 años aproximadamente, son los más significativos para la Tierra, dice el informe.

Una pequeña variación de un 0,1% de la radiación ultravioleta del Sol «puede afectar seriamente la química y la estructura térmica de la atmósfera superior», y de esta manera afectar a la parte inferior.

Una de las causas que se hipotetizan para la «pequeña Edad de hielo» fue la baja de rayos ultravioletas por el período de baja actividad solar, tal como se documentó con la cuenta de manchas solares.

Las pruebas de la variabilidad del clima que se presentaron señalan que afectan a niveles regionales en el planeta y no se evidenció que el Sol pueda ser responsable del calentamiento global que vive el planeta.

Fuente: www.lagranepoca.com