El cambio climático aumentará la fuerza de los tifones, pero disminuirá su número

La representante de Filipinas en la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU (COP19), Yeb Sanõ, pedía este martes con lágrimas en los ojos un compromiso de los países más desarrollados y un plan de medidas contra el calentamiento global y en apoyo de los damnificados por los desastres naturales.

«Filipinas es el segundo país más vulnerable por el cambio climático, con 22 tifones anuales de media, algo insostenible que genera constantes daños imposibles de sufragar», hacía ver Sanõ, quien pidió «justicia climatológica» para su país. La representante responsabilizaba directamente al cambio climático de la virulencia del tifón Haiyan que ha matado en Filipinas más de 10.000 personas. El Panel Intergubernamental de la ONU sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) admite que el calentamiento global ha causado un aumento medio de 20 centímetros del nivel del mar durante el último siglo, lo que podría provocar temporales más fuertes. El aire más cálido, además, podría acumular más humedad y generar más precipitaciones.

Fermín Elizaga, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología, explica que hay que matizar mucho en la relación del calentamiento global con el aumento de la capacidad de destrucción de los tifones. «En la última década se ha dedicado mucho trabajo al análisis del posible cambio que podría haber en los tifones tropicales en un clima más cálido», explica, pero «el efecto que eso produzca en los tifones es algo sobre lo que existen algunas incertidumbres». A pesar de ello las proyecciones más comúnmente admitidas por la mayoría de los científicos que investigan los ciclones tropicales indican que «el calentamiento global, fruto del aumento de la concentración de gases de efecto invernadero, dará lugar muy probablemente a ciclones más intensos a nivel del promedio global de la Tierra», indica Elizaga. De hecho, según los modelos de previsión, lo largo de este siglo en el porcentaje de ciclones más intensos se incrementará entre un 2 y un 11% a nivel global. Sin embargo, las mismas proyecciones indican que aunque serán más fuertes también se darán en menor cantidad. Es decir, la virulencia de los tifones podría aumentar pero serían menos frecuentes. En la misma línea opina Ricardo García, catedrádico y director del departamento de Astrofísica y Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Complutense de Madrid: «Ningún suceso individual se puede asociar al cambio climático. Los modelos no son demasiado concluyentes, lo que dicen es que aumentarán los extremos de todo tipo».

Nada cambiaría respecto a las zonas más azotadas por los ciclones tropicales. En principio ninguna de las proyecciones que se manejan «indican que pudiera haber un cambio en las zonas donde se desarrollan los tifones tropicales», dice Elizaga, que tranquiliza asegurando que «en España podemos vernos afectados por huracanes del Atlántico, pero ya en la fase de transición. Es prácticamente imposible que a España llegue un huracán de categoría 5», asevera. No sólo los tifones podrían verse reforzados por el cambio climático. «Uno de los efectos más perniciosos del calentamiento global es el incremento de fenómenos extremos, como olas de calor, sequías, precipitaciones muy intensas…», vaticina el experto, que recuerda que «detener el cambio climático pasa por acciones a nivel global para disminuir la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera y hacerlo cuanto antes y en la mayor cantidad posible». Por último, el experto meteorólogo recuerda que «Ciclon tropical es el fenómeno atmosférico», y que «en el Atlántico se llaman huracanes y en el Pacífico se llaman tifones». Impacto social y vulnerabilidad Para que se produzca un tifón es necesario que el agua del mar esté a una temperatura por encima de 26,5 grados en los primeros 50 metros de profundidad, además, tiene que haber una humedad elevada en los primeros kilómetros de la atmósfera y que haya una cizalla vertical del viento pequeña, eso es que al ascender el viento varíe poco. Por último tiene que haber una célula preexistente, como una pequeña tormenta. «La combinación e interacción de estos factores no es fácil y por eso los modelos tienen sus incertidumbres», explica Ricardo García, de la UCM. Sin embargo, aunque lo que parece es que aumentará «aunque no tanto» la fuerza de los tifones, para el catedrático de la Complutense lo preocupante es el «aumento de la vulnerabilidad». «Hay mucha gente, cada vez más por el aumento de la población, viviendo en las zonas donde suelen darse los tifones», hace ver. Esto no debería afectar a la habitabilidad de determinadas zonas, siempre que exista «un buen sistema de avisos» ya que los tifones «se pueden prever con facilidad a una escala de 3 o 4 días». Los tifones no son un fenómeno nuevo, «los primeros registros que se tienen documentados datan de hace más de mil años, que son los registros de la burocracia de la China Imperial», explica Ricardo García. Sin embargo, la probabilidad de que un tifón pase por una determinada ciudad «es muy pequeña», lo que dificulta que determinadas ciudades o localidades se preparen para el paso de estos fenómenos «a lo que hay que sumar las posibilidades económicas de cada país para mejorar infraestructuras», observa el catedrático.

Noticia leída en: www.20minutos.es