El impacto económico del cambio climático en las empresas puede ser inmediato

El impacto económico del cambio climático se producirá mucho antes de que suban las temperaturas o el nivel del mar. La inminente respuesta política a este fenómeno golpeará a corto plazo al mundo empresarial.

El debate sobre las consecuencias del cambio climático alcanzó en 2006 y en los primeros meses de este año su punto de inflexión. El documental Una verdad incómoda, del ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore; el Informe Stern y las conclusiones del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de Naciones Unidas han colocado este fenómeno en el primer plano mediático.

Sin embargo, el impacto medioambiental ha eclipsado en gran medida las consecuencias económicas que llevará asociadas. John Llewellyn, macroeconomista jefe de Lehman Brothers hasta el año pasado, ha dedicado la mayor parte de sus esfuerzos en su actual puesto de asesor en Política Económica para Europa a estudiar el impacto del cambio climático en las empresas. Fruto de este trabajo es el informe El negocio del cambio climático, en el que desgrana los retos y las oportunidades del mundo empresarial ante el mayor desafío socioeconómico al que se enfrenta el planeta.

Pregunta: ¿Cómo deben enfrentarse las grandes empresas al cambio climático?
Respuesta: La evidencia científica de las consecuencias del cambio climático va a traer implícita una respuesta política, a traves de normativas, tanto por el impacto medioambiental como económico que tendrá el fenómeno. Mi mensaje a los grandes empresarios es: “vais a notar las consecuencias del cambio climático en sí mismo, pero mucho más la respuesta política”.

P.: Quizá se percibe como un fenómeno que sólo afectará a largo plazo.
R.: Es cierto que es un fenómeno lento, pero sus consecuencias económicas pueden ser inmediatas. Hay sectores, como el de la automoción, a los que le va a afectar mucho antes que a los demás, por el marco regulatorio que se establezca para reducir las emisiones.

P.: ¿Ha reaccionado el mundo empresarial?
R.: Hay de todo. Pero lo que está claro es que este fenómeno es uno de esos procesos, como la globalización, la revolución tecnológica o el envejecimiento de la población, a los es mejor adaptarse. El que no lo haga, va a tener grandes dificultades para sobrevivir.

P.: ¿Cuál es el impacto económico previsto para el cambio climático?
R.: La visión conservadora describe un coste de entre el 2% y el 3% del PIB mundial. Pero otros modelos más pesimistas, como el del Informe Stern, hablan de una pérdida del 20% del consumo mundial.

También hay escépticos en la economía
Los 2.500 científicos reunidos por Naciones Unidas para redactar las conclusiones sobre el estudio del cambio climático del IPCC han llegado a una conclusión: la probabilidad de que este fenómeno sea una consecuencia de la actividad humana es del 90%. Aún así, hay “gente seria”, como los define John Llewellyn, que no está de acuerdo con ello, como es el caso de David Henderson, ex economista jefe de la OCDE. Para Llewellyn, la práctica unanimidad de la comunidad científica sobre el cambio climático “es la que debe guiar a los empresarios. Como asesor de política económica, no voy a aconsejarles que se basen en ese 10% de posibilidades de que los estudios de Naciones Unidas estén equivocados. Además, los hombres de negocios están acostumbrados a tomar decisiones desde la incertidumbre. Que el cambio climático no sea una certeza absoluta no debe impedir
que las empresas se anticipen ya a sus efectos”.

Cómo afectará el calentamiento global en algunos sectores
l  Automoción.  Según los análisis de Lehman Brothers, el sector europeo de automoción podría ser uno de los primeros en sentir las consecuencias económicas del cambio global. Este hecho, si se tienen en cuenta los datos, no deja de ser paradójico. En lo que se refiere a contaminación, ni el sector de la automoción ni el automóvil forman parte de los elementos más contaminantes. Por un lado, la industria europea es responsable sólo del 1,5% de las emisiones globales de CO2.

Y, en general, los coches producen entre el 10% y el 12% de las emisiones de la industria del transporte, que, por otro lado, produce entre el 20% y el 25% del CO2 emitido. Además, los coches europeos son menos contaminantes que los de otras regiones. Sin embargo, la cercanía social al coche y la ventaja política que las autoridades comunitarias pueden obtener de medidas populistas que restrinjan las emisiones de los coches han propiciado un marco regulatorio negativo, y que empeorará en el futuro. Los triunfadores en este escenario serán las compañías que ya hacen grandes esfuerzos por poner en el mercado vehículos más pequeños y más ligeros. Empresas como Renault o Piaggio pueden ser un ejemplo de ello.

Aviación
La aviación será otro sector que, a pesar de ser menos contaminante de lo que se cree, sufrirá un gran impacto. En primer lugar, porque las emisiones de los aviones son difíciles de reducir, ya que no es fácil  obtener combustibles alternativos que sean poco contaminantes. Además, las restricciones europeas se extenderán a las aerolíneas estadounidenses, lo que tendrá graves consecuencias para el sector.

Industria química
Este sector deberá enfrentarse a las restricciones en la emisión de CO2, sobre todo porque es probable que la regulación sea muy diferente en las diferentes regiones, lo que dará lugar a grandes desventajas competitivas. Sin embargo, el sector encontrará nuevas oportunidades de crecimiento para paliar los efectos del cambio climático: técnicas para reducir las emisiones de CO2 en los sectores productivos, creación de nuevos materiales, técnicas de captura y almacenamiento de carbono o biotecnología aplicada a mejorar eficiencia energética.

Sanidad e industria farmacéutica
El cambio climático podría alterar los patrones sanitarios, con un aumento de las enfermedades respiratorias y de las infecciones relacionadas con el agua y con patógenos como la malaria, la difteria o el cólera. El sector farmacéutico podría verse afectado por varias razones: una de ellas sería que la demanada evolucionara hacia productos menos tecnológicos de lo que ahora se espera; por otro lado, cualquier impacto negativo en el PIB de los países sería desastroso, ya que muchos de ellos son los principales compradores de productos farmacéuticos y sanitarios; y gran parte del potencial global en la creación de genéricos, situada en zonas costeras de India, podría estar en peligro.

Medios y entretenimiento
Será uno de los sectores menos afectados. Los principales daños podrían venir de la reducción del mercado publicitario por el impacto del descenso del PIB, y en menor medida el sector del entretenimiento podría sufrir algún efecto negativo por el descenso de los viajes y la frecuencia de desastres naturales. Quizá hay alguna pequeña ventaja por el incremento del consumo de noticias y de las informaciones relacionadas con el progreso científico.

Aseguradoras
A corto plazo, el cambio climático será una oportunidad para las aseguradoras, debido al aumento de la concienciación sobre los efectos de este fenómeno. A largo plazo, la situación podría cambiar si la severidad y la frecuencia de los daños climáticos arrastran los precios de los seguros a unos niveles inalcanzables para muchos consumidores. Eso podría derivar en que gran parte de los potenciales consumidores no contrataran determinados seguros, abandonaran las actividades expuestas al riesgo climático o buscaran un aseguramiento estatal. Cualquiera de estas tres opciones tendría un efecto negativo en el sector.

Fuente: Expansión
Por Javier Ansorena