El retraso del invierno causa problemas en el hemisferio norte

Toda Europa está viviendo un otoño atípico con las temperaturas más elevadas de las últimas décadas. De hecho, casi podemos afirmar que este año hemos vivido una prolongación suave del verano y, ahora que las temperaturas empezarán a ser más propias de un mes de diciembre, entraremos en la estación de invierno sin que el otoño haga acto de presencia.

Los ingleses están sorprendidos de tener todavía rosales en flor en sus jardines; en Sibería los osos aún no se han retirado a hibernar. En Alemania, las aves migratorias en lugar de viajar, empiezan a instalarse en los árboles de Navidad, y el polen tardío está haciendo estragos entre los alérgicos en Escandinavia.

La explicación nos la da la revista «Nature». Así, los primeros análisis realizados en el continente europeo reflejan que la temperatura media en septiembre y octubre fue de 11 grados centígrados, 1,8 grados por encima de la media para estos meses. Noviembre subió a 2,5 grados por encima de la media. Estos resultados muestran que 2006 ha superado en un grado los otoños más calientes de 1772, 1938 y 2000. Por tanto, Europa está experimentando el otoño más cálido desde que Colón emprendió su primer viaje a América.

Pero no hay que remontarse tan lejos en el tiempo, ni más allá de nuestras fronteras, para ver que algo cambia en el clima. «Los primeros fríos están empezando ahora, porque el otoño no ha sido más que una prolongación del verano», dice Ángel Rivera, portavoz del Instituto Nacional de Meteorología (INM). En general, los meses de octubre y noviembre han sido muy cálidos, lo que significa que las temperaturas medias están entre el 20 por ciento de las más altas con relación al periodo 1971-2000.

En Gran Bretaña, desde el año 1659, cuando se inició el registro de datos meteorológicos en ese país, no se había visto un tiempo tan benigno. En Suiza, desde 1864 no se había visto un otoño tan caluroso, lo que se está convirtiendo en una catástrofe para los negocios relacionados con la nieve. En Alemania, la media de los registros térmicos de noviembre fue de siete grados, tres grados más que la media de las temperaturas registradas en este mes entre 1961 y 1990. En Francia hay que remontarse a 1950 para encontrar un otoño tan clemente. En situación similar se encuentra la parte europea de Rusia: nunca en más de un siglo las temperaturas en diciembre habían bordeado los diez grados sobre cero. De hecho, el pasado día 7 de diciembre, la temperatura máxima en Moscú fueron de 7,3 grados centígrados, la más alta en esas fechas desde 1898, según el Instituto Meteorológico. Moscú dio comienzo al calendario invernal el 1 de diciembre con el día más cálido de ese mes desde que comenzaron los registros en 1879: 4,5 grados. Las nieves también llegan con retraso a Rovaniemi, cerca del Círculo Ártico, en Finlandia.

Muchos científicos dicen que un único invierno templado probablemente forma parte de las variaciones naturales de un clima impredecible, pero varios años de temperaturas templadas encajan en las predicciones del calentamiento climático, del que se culpa sobre todo al uso humano de combustibles fósiles.»Hace más calor, empieza a nevar más tarde y las nieves desaparecen antes», declaró Karl Gabl, del Instituto Central para Meteorología y Geodinámicade Innsbruck, en Austria. «Creemos que los últimos años de un calor poco habitual está relacionado con las actividades humanas y el calentamiento climático», declaró Ketil Isaksen, un investigador climático del Instituto Meteorológico Noruego.

Fuentes: La Voz de Galicia y Madrid Press