Los factores naturales inciden en la recuperación del ozono

Los factores naturales son de mayor magnitud en los signos de recuperación de la capa de ozono que los inducidos por el hombre, publicó la revista Nature en su última edición.

Cambios en el ciclo solar, así como en el transporte atmosférico y la temperatura tienen un mayor peso que la acción antropogénica, de acuerdo con el estudio, dirigido por Elizabeth C. Weatherhead, de la Universidad de Boulder.

La capa de ozono protege como un escudo a la Tierra de la influencia de los rayos ultravioletas, y su agotamiento sobre la Antártida llevó a la comunidad internacional a firmar el Protocolo de Montreal en 1987.

En virtud de ese acuerdo, la emisión a la atmósfera de gases clorofluorcarbonados, destructores de esa sustancia, quedó prohibida.

Aunque esa herramienta internacional ha generado ciertos logros, quedan opacados por los factores naturales que juegan un papel clave en las muestras de estabilización del ozono.

«La variabilidad de las concentraciones de ozono es naturalmente importante», en lo que el hombre no ha incidido de manera determinante, escribieron en la revista Weatherhead y Signe Bech Andersen, del Instituto Danés de Meteorología.

En los últimos años, explicaron los expertos, ha disminuido la actividad volcánica y también las erupciones solares, que inciden en el agotamiento del ozono atmosférico.

Las grandes erupciones volcánicas, como la del Chichón, en México, en 1982, emiten a la atmósfera sulfatos que pueden acabar con el ozono.

Las solares generan bocanadas de protones que pueden provocar la disminución local del ozono entre un 30 y un 60 por ciento, señalaron.

El estudio indicó que las últimas erupciones volcánicas ocurrieron en el mismo período que las solares, lo que evidenciaría las bajas concentraciones del ozono en los años 90.

Sus posteriores signos de recuperación están más relacionados con un regreso a la normalidad, más que a la acción humana, puntualizaron los especialistas.

De acuerdo con la revista, las consecuencias reales de la prohibición de emisiones de gases clorofluorcarbonados podrán observarse en un futuro.

Es improbable que la cantidad de ozono atmosférico se estabilice en los niveles anteriores a 1980, cuando se observó por primera vez el deterioro del ozono. Los autores del estudio indican que debido a la alta variabilidad natural en la abundancia de ozono, es difícil interpretar la observación de que los niveles de ozono dejaron de disminuir en los últimos años, y es probable que las concentraciones de ozono se estabilicen a un nivel diferente, probablemente incluso superior al observado antes de 1980.

Fuente: Diversas, a destacar Europa Press, El Mundo y Prensa Latina.