La temperatura en el Mediterraneo preocupa a científicos

El ritmo de aumento de la temperatura del Mediterráneo por el cambio global en el Planeta se ha acelerado preocupantemente entre los últimos 5 y 10 años, a un ritmo de 0,75 grados por año, pese a que ya se venía elevando un grado centígrado cada 25 años, advirtió hoy el responsable de proyectos de la nueva Estación de Investigación Costera en Mallorca.

Así lo manifestó hoy Carlos Duarte, profesor del CSIC y encargado del proyecto de la Estación de Investigación Costera del Faro de Cap Ses Salines (sur de Mallorca), inaugurado hoy por el IMEDEA y la Fundación BBVA, con capacidad para unos diez científicos.

Duarte alertó de que están aumentando las temperaturas máximas de los mares, como el Mediterráneo, mientras que en Baleares, éstas han alcanzado hasta 30 grados en 2003, un valor 3,5 grados superior a la máxima habitual.

Ello está provocando la regresión de especies de flora tan importantes para el entorno marítimo de Baleares, como la posidonia, una planta marina que actúa como un termómetro ante las variaciones de dióxido de carbono y oxígeno provocadas por el cambio climático.

Años de estudio y observación, de complejas mediciones con la inestimable ayuda de satélites puestos en órbita por la NASA (Agencia Espacial Norteamericana) han demostrado que el mar Mediterráneo sube de nivel tres veces más rápido, y que se calienta cinco veces más deprisa, que el resto de los mares y océanos del planeta.

Esta investigación («Estudio de las variaciones del nivel del Mar Mediterráneo y del Mar Negro» es su denominación exacta) la ha llevado a cabo el Laboratorio de Geodesia Espacial de la Universidad de Alicante. Al frente de ella la matemática alicantina Isabel Vigo, catedrática del Departamento de Matemática Aplicada y el primer científico español que ha conseguido dirigir un proyecto de investigación dentro de una misión espacial de la NASA denominada OST (Topografía en Superficie del Océano).

La investigación elaborada desde la Universidad alicantina se enmarca en un acuerdo de cooperación suscrito con la agencia norteamericana en geodesia espacial, una ciencia que versa de los posicionamientos globales con ayudas de satélites. «Lo que hemos averiguado es que la temperatura que tiene la superficie del Mediterráneo aumentó 0,75 grados en diez años, desde 1993 al 2003. Eso supone un incremento cinco veces superior a la media del resto de mares y océanos», señala la profesora Vigo, para quien se trata de una diferencia significativa «que nos está diciendo que algo pasa pero no sabemos el motivo exacto, si es por el calentamiento global a consecuencia de las emisiones de dióxido de carbono o simplemente a un fenómeno natural. Pero, además, este calentamiento se está acelerando en los últimos años, hasta más del doble que en la década de los años 80. A este ritmo, se prevé que la temperatura del mar va a subir un grado cada catorce años».

¿Por qué sucede eso? Los científicos, humildes ellos, admiten ignorar el motivo. «No lo sabemos porque es un problema nuevo, desconocido hasta ahora. No debemos subestimarlo pero tampoco hay que alarmarse. De cualquier modo, la zona más occidental del mar, es decir, la que se sitúa precisamente frente a la costa española, en el Levante, es una de las que experimenta un incremento de temperatura más moderado. En el Negro, el Adriático, el Egeo y el Jónico ha subido más», explica la doctora.

En alta mar

El aumento de los niveles del agua se realiza en alta mar, a una distancia de más de cincuenta kilómetros de la costa, tarea que se efectúa a través de una serie de altímetros que emiten sus mediciones periódicas a los satélites.

De este modo comprobaron que el Mediterráneo español es una de las zonas más tranquilas en variación de niveles en superficie, pues la parte más próxima a la costa sólo creció un centímetro en diez años, frente a los siete de otras zonas mediterráneas. «Creemos que la explicación de esta variación es que al Mediterráneo español le afectan poco las corrientes marinas, ya que los flujos de agua del Estrecho de Gibraltar se dirigen directamente hacia Córcega y Cerdeña. De cualquier modo, aún no se sabe la causa de tales vaivenes de agua».

El sistema de medición es complejo para un profano. Simplificando: en su órbita alrededor de la tierra los satélites emiten un pulso de radar que rebota en la superficie del mar; se calcula el tiempo que tarda en regresar y conjugando esta medición con la órbita del satélite, y mediante láser y GPS, se averigua cada mes la altura que tiene el mar respecto de un punto de referencia. «Así fue como comprobamos que había una aceleración en el nivel, que era general a todos los océanos pero más intensa en el Mediterráneo. Y también que existía una alta correlación con el incremento de la temperatura y de la salinidad», explica la profesora.

Calentamiento

Ahora, el próximo objetivo es saber qué cambios se deben al aumento de masa de agua y cuáles a la expansión térmica que se produce en el mar. «Es en lo que estamos trabajando ahora. Porque ya está comprobado que cuando hay mayor masa de mar es cuando hay menor volumen de agua. Puede resultar paradójico pero esa situación coincide con los meses de verano, que hay más calentamiento y más temperatura. Desde luego, que se caliente el océano nos indica que se calienta la atmósfera. Y nos preocupa a todos, sin duda. El próximo siglo subirá el nivel del mar entre 9 y 88 centímetros, en su mayor parte por eso: porque el agua estará más caliente dado que la temperatura atmosférica será mayor».

Fuentes diversas: Universidad de Alicante, Terra, etc.