El año 2006 fue el más cálido en España desde que existen registros

El planeta se calienta y la Península Ibérica, más. Parecía poco probable superar en poco tiempo la cota máxima de calor que marcó el año 2003, el de la ola de calor estival, pero sólo tres años después se ha establecido un nuevo récord.


El año 2006 fue el año más caluroso de los conocidos hasta la fecha desde que existen registros, lo que equivale a decir «que ha sido probablemente el más caluroso de la historia de España», precisó el secretario general para la Prevención de la Contaminación y el Cambio Climático, Arturo Gonzalo Aizpiri.

Pese a que diciembre fue un mes más frío de lo normal, con temperaturas muy bajas en la segunda quincena, la llamada ‘anomalía térmica’ media en la península y Baleares fue de + 1,34 grados respecto al período 1961-1990, fijado como referencia por la Organización Meteorológica Mundial. En el 2003, a pesar del verano abrasador, la anomalía térmica fue ‘sólo’ de +1,32 grados.

Lejos de ser dos años excepcionales, 2003 y 2006 son parte de una tendencia que se consolida y va a más. De hecho, los años más cálidos desde que existen series históricas están todos en las últimas dos décadas, en España y en el mundo, remachó Aizpiri. El clima «se ha hecho más extremo, los meses cálidos se han acentuado y los meses fríos se han hecho más fríos», aunque en conjunto los termómetros no hagan sino subir, precisó.

Contexto global

El Instituto Nacional de Meteorología prepara estudios para analizar el alcance de esta escalada constante de las temperaturas en un contexto global de cambio climático. «Está totalmente en línea» con el calentamiento que experimenta el planeta, ratifica Ángel Rivera, portavoz del INM, y se ajusta a las predicciones de varios informes nacionales e internacionales que señalan a la Península Ibérica como una de las áreas más afectadas por este fenómeno mundial.

En 2006 el mes más caluroso respecto a lo que se estima normal para las fechas fue mayo, con un promedio de +2,61 grados, sobre todo en el centro y el este peninsulares. Julio también tuvo lo suyo, con una anomalía térmica de 2,51 grados por encima del punto de referencia, y se dejó sentir sobre todo en la mitad norte y el litoral mediterráneo, seguido de octubre (+ 2,48, en la mitad oriental) y noviembre (+2,44, en el cuadrante nororiental).

El invierno, aunque corto, fue también más frío de lo normal entre enero y febrero, con temperaturas medias entre 1,04º y 1,34º más bajas de lo habitual. Caso aparte es el de Canarias, que tuvo un año relativamente ordinario, con apenas una anomalía de +0,3º respecto del período de referencia 1961-1990.

Euskadi y el agua

La constatación del calentamiento peninsular tiene otra evidencia en el gradual cambio en el régimen hídrico de algunas regiones, recordó la ministra de Medio Ambiente. En un encuentro con medios de comunicación, Cristina Narbona, recalcó que «se desmorona el tópico de la España húmeda», donde se supone que el agua sobra y está siempre disponible. La sequía que vive el País Vasco, con sus cuencas internas al 43% de su capacidad -más de doce puntos por debajo de la media estatal-, o las dificultades que experimentó Cantabria hace poco, muestran la necesidad de adoptar «una nueva política del agua», más centrada en el ahorro y el consumo responsable.

Las altas temperaturas y la falta de precipitaciones de 2006 también se dejaron notar en Gipuzkoa, donde se registró durante 2006 un 20% menos de lluvia respecto a la media de los últimos ochenta años. Esta ausencia de lluvias comenzó a acentuarse a partir del verano. El mes de agosto, con sólo 66 litros, resultó ya muy seco en el observatorio del monte Igeldo. En septiembre cayeron 109 litros y octubre finalizó con un registro total de 110 litros, lo que supone un déficit de pluviosidad de 53 litros.

Noviembre, un mes de alta pluviosidad, registró 128 litros cuando la media es de 171. En 2005 cayeron 296 litros, muy por encima de la media habitual. Diciembre, con 120 litros, volvió a ser seco.

Junto al menor índice de chubascos, el año fue especialmente cálido. La media del año en Igeldo fue 14,4 grados, un grado y dos décimas por encima de la media.

La primavera resultó una de las más cálidas y secas de las últimas décadas. El verano estuvo plagado de contrastes meteorológicos: julio fue extremadamente cálido, agosto muy seco y septiembre muy lluvioso en algunas zonas de Gipuzkoa como en Hondarribia, donde cayeron 300 litros.

El otoño se caracterizó por el predominio de vientos del Sur. En octubre, de los 31 días del mes, en 19 los vientos dominantes fueron del Sur. Noviembre, con una temperatura media de 14,2 grados, fue extremadamente cálido, mientras que diciembre, con 8,5 grados de media, tuvo un comportamiento normal.

Fuente: www.diariovasco.com