El Mar de Aral ha perdido en los últimos 40 años el 50% de su superficie

El Mar de Aral, en Asia Central, en la frontera entre Kazajistán y Uzbekistán, ha perdido en los últimos 40 años el 50% de su superficie y un cuarto de su volumen de agua inicial a pausa de la evaporación, aunque sigue siendo una de las cuatro masas líquidas más grandes del mundo.

La evaporación y la alta salinización han dejado aproximadamente 36.000 kilómetros cuadrados de desierto blanquecino en un terreno que ahora se llama Desierto de Aralkum. Dado que el nivel del agua ha descendido 13 metros desde los años 60, el Mar de Aral ahora está partido en dos: una gran zona, parecida a una herradura de caballo, y otra, mucho más pequeña, conectada apenas por el norte.

Pero es precisamente el «pequeño» Mar de Aral el foco de los esfuerzos internacionales de conservación, porque el más grande, la que constituiría el Este de la herradura, no tiene salvación y los expertos consideran que habrá desaparecido dentro de 14 años. El «pequeño» Mar de Aral tiene todavía salvación y por eso se han construido varios diques para separarlo completamente del Mar «grande» y liberarlo así de la pérdida de agua y de la contaminación salina, aunque los esfuerzos aún no han dado el resultado apetecido, según la ESA.

Mientras tanto, científicos de Kazajistán, Uzbekistán, Rusia, Finlandia, Alemania, Francia, Italia y España están estudiando el Desierto de Aralkum para determinar si pueden regenerar el antiguo lecho del mar con vegetación y detener la desertización. Un grupo internacional de biólogos, entre los que participa un equipo de Ecología Genética de la Rizosfera, con sede en Granada, analizan desde el año pasado si los suelos degradados por el exceso de sal de Aral pueden recuperarse con la plantación de leguminosas y microorganismos fertilizantes.

El proyecto internacional, denominado ‘Pladadinfis’ y financiado con fondos comunitarios, persigue la recuperación de cinco millones de hectáreas de suelos degradados por la sal mediante la introducción de plantas leguminosas autóctonas con microorganismos fijadores el nitrógeno atmosférico (rizobios).

Nota: La última imagen sobre el estado del Mar de Aral fue captada el pasado 14 de julio por el espectrómetro de resolución media (MERIS) del Envisat a 545 kilómetros de altura.

Fuente: bahiademalaga.com