La fusión nuclear, actualmente en estudio gracias al proyecto ITER, en el que colabora España, podría producir energía en ‘cualquier parte’ durante millones de años con ‘importantes’ ventajas medioambientales y sin emisiones de CO2.
Una ‘esperanza real’ para el clima, como recoge el Instituto Nacional de Meteorología (INM) en su calendario meteorológico de 2006, y que forma parte del ‘reto futuro’ de lograr un modelo energético sostenible en el que además se establezcan políticas de ahorro de energía y el uso de las renovables.
Según explica en un artículo que acompaña al calendario el director del centro meteorológico de Extremadura y doctor en Física, Adolfo Marroquín, en los próximos años habrá que asegurar el creciente suministro eléctrico, fomentar el ahorro y la eficiencia energética e impulsar las energías renovables.
Esto, añade, sin olvidar la investigación, el desarrollo y la innovación tecnológica en el ámbito energético sobre todo, indica, en cuanto a energía nuclear de fusión se refiere.
Además de aprovechar las ‘prometedoras’ posibilidades de las renovables, señala Marroquín, hay que tener presente que todas esas tecnologías aprovechan los fenómenos y recursos naturales, por lo que, ‘inevitablemente’ son ‘muy sensibles’ a las variaciones del clima.
Los vientos huracanados, dice, pueden causar ‘estragos’ en los parques eólicos y la sequía puede dejar inactivas las plantas hidroeléctricas.
Una fusión (unión) de átomos ligeros, libera mucha energía en el proceso y no es una reacción en cadena por lo que no es posible que se pierda el control de la misma, explica Marroquín.
La materia prima de combustible, el deuterio y el litio, está disponible en cualquier parte y en cantidad suficiente para asegurar el suministro durante millones de años.
La meta de la investigación internacional es diseñar un prototipo de central de generación de energía de fusión adaptado a la sociedad, para lo que se ha puesto en marcha el proyecto ITER (del latín ‘en camino’) cuya sede científica está en Francia y la legal en Barcelona.
Según Marroquín, la primera operación de un reactor de fusión está prevista para 2016, pero la operación comercial de estas centrales no llegará hasta mediados de siglo, y se prevé que para final de siglo este tipo de energía cubrirá un tercio de las crecientes necesidades mundiales.
Fuente: Terra Actualidad