¿La Tierra camina hacia una nueva edad de hielo?

La estrella que nos calienta, el Sol, se dirige hacia el comienzo de un nuevo ciclo solar que será muy prolongado y se caracterizará por una muy baja actividad, según explican científicos del Nacional Solar Observatory (NSO) en su página web, y del Air Force Research Laboratory (AFRL).

Los expertos comparan esta perspectiva con la situación que vivió nuestro planeta entre los años 1645 y 1715, cuando se registró un periodo de inactividad solar que duró 70 años y que es conocido como la «Pequeña edad de hielo». Una prolongada época en la que las temperaturas bajaron entre 10 y 15 grados, según las latitudes, y en la que el hielo llegó a cubrir buena parte del norte de Asia, Europa y América

Los científicos han llegado a esta conclusión, presentada en la conferencia anual de la American Astronomical Society, al estudiar nuestra estrella (su interior, su superficie visible y su corona) y detectar un descenso de las manchas de su superficie y una menor actividad electromagnética cerca de los polos.

Estos síntomas auguran una drástica disminución de la actividad del Sol, casi «hasta su hibernación», para el nuevo ciclo solar, es decir, en los próximos 11 años, que es el tiempo medio aproximado que dura uno de estos ciclos.

La «secuencia principal»

Nuestro Sol es una estrella de vida «media», y los científicos calculan que su actual fase, que denominan «secuencia principal», comenzó hace unos 4.570 millones de años, y lo que es más importante, consideran que le quedan aún otros 5.000 millones de años de vida en su estado actual. Es posible que para esas fechas la Tierra ya ni siquiera exista. En cualquier caso, ni usted ni yo conoceremos su final.

Sobre la situación que se avecina, que será más bien fresquita, el científico de la NASA Richard Fisher apunta que cada uno de los ciclos solares tiene sus periodos naturales de baja actividad, sin embargo, hace hincapié en que este mínimo solar hacia el que nos dirigimos llega «extraordinariamente lento», y durará «más de lo habitual», tal vez tres o cuatro ciclos seguidos.

Actualmente, el Sol se encuentra en su ciclo número 24 desde que los astrofísicos comenzaron a registrar los fenómenos solares (a mitad del S.XVIII). Comenzó en 2008, es una alta actividad y debe durar hasta 2019. Para entonces, con el próximo ciclo, llegarían los grandes fríos.

La carga magnética de los polos

Al parecer, el dato más preocupante para los expertos y que pone de relieve la desaceleración de la actividad solar se ha detectado en la falta de carga magnética en los polo del Sol. Richard Altrock, experto de la AFRL, cree que si los polos continúan si cargarse de actividad magnética, el próximo Sol «perderá energía hasta frenar su actividad casi completamente».

«Si nuestro modelo es correcto -explica Frank Hill, director adjunto del NSO-, esta situación afectará desde la exploración del espacio hasta al clima terrestre». Los científicos consideran que la Tierra puede encaminarse hacia un nuevo Mínimo de Maunder, como conocen a la «Pequeña edad de hielo».

Previsiones contradictorias

El estudio en cuestión no entra a valorar los posibles efectos de una bajada pronunciada y prolongada de las temperaturas medias en nuestro planeta. Pero otros estudios publicados en los últimos años apuntan al menos a cuatro consecuencias: descenso del nivel de los océanos, que contrarrestaría el efecto opuesto predicho para el calentamiento global; cambios sensibles en la producción agraria en el hemisferio norte; disminución del régimen de lluvias, con un aumento de la sequía; y aumento considerable en el consumo de energía para contrarrestar las bajas temperaturas.

Hay quien piensa, no obstante, que la posible bajada media de temperaturas no superaría los 0,3 grados centígrados. Es la opinión de Georg Feulnerdel Instituto Postdam, en Alemania, quien estima que apenas lograría minimizar el calentamiento derivado de las emisiones de CO2, que la ONU cifra de entre 3,7 y 4,5 grados.

Fuente: ABC