Dos años a la deriva por el Ártico para estudiar cambio climático

La goleta francesa Tara se dirige hacia el Polo Artico, donde pasará dos años voluntariamente a la deriva con el fin de que sus ocupantes estudien el impacto del cambio climático en el deshielo del casquete, informó hoy el diario ‘Le Figaro’.

El navío, que se encuentra actualmente al norte de Rusia, tiene previsto dejarse atrapar por un banco de hielo para, una vez allí, quedar a la deriva unos 1.800 kilómetros y medir la tasa de ozono, el espesor y la salinidad del hielo, y la fuerza del sol en la zona.

Será entonces la primera base europea a la deriva, a imitación de las que ya disponen rusos y estadounidenses.

De 26 metros de largo, Tara está preparada para ‘dejarse bloquear por el hielo’ porque su casco ‘ha sido concebido para resistir a las presiones extremas’ que éste ‘pueda ejercer’ sobre el mismo, explica el responsable del proyecto, Etienne Bourgois, en la página web de la expedición.

Tara partió el pasado 11 de agosto del puerto bretón de Lorient (noroeste de Francia), con seis personas a bordo, a las que más tarde se unirán otras.

El proyecto ‘Tara Artic’ integra el programa de observación europeo Damocles, que busca mejorar la anticipación a los cambios originados por el calentamiento global terrestre, y las actividades del Año Polar Internacional 2007-2008.

Los científicos estiman que la superficie del Polo Artico ha disminuido un 8 por ciento en los últimos treinta años a consecuencia del aumento de las temperaturas en la zona, 1,5 grados centígrados superior a la media del Planeta en los últimos 50 años.

La expedición, cuyos resultados serán objeto de una exposición para sensibilizar al público sobre el cambio climático, coincide con una muestra de fotografías sobre la goleta Tara de Sebastiao Salgado, entre otros.

Esas fotografías pueden verse en el Museo Nacional de la Marina de París hasta el próximo 2 de octubre.

El barco tiene historia, pues comenzó a surcar los mares hace quince años de la mano del explorador francés Jean-Louis Etienne y, posteriormente, del neozelandés Peter Blake, conocido navegante asesinado en 2001 al oponer resistencia a un asalto a su velero en la Amazonía.

Fuente: Terra Actualidad